jueves, 14 de diciembre de 2017

Teinta y uno: como pablo a claudia

"No creas que no te busco, no me olvido,
pues no hubo adiós; nos dijimos hasta luego.
Por favor, que las aguas del mar te traigan hasta mí.
O la soledad del otoño,
o las flores de la primavera.
Como quieras."

La primera vez que te escribí, parafrasee este poema
ilusa yo, no imaginar, no querer, ni pensar
sólo buscar, esperar, encontrar
en algún momento...
qué se yo.
¿Me entendés?

Hasta la próxima gira,

A.

viernes, 20 de octubre de 2017

buena madera



Lunes 12 de agosto

Ayer de tarde estábamos sentados junto a la mesa. No hacíamos nada, ni siquiera hablábamos. Yo tenía apoyada mi mano sobre un cenicero sin ceniza. Estábamos tristes: eso era lo que estábamos, tristes. Pero era una tristeza dulce, casi una paz. Ella me estaba mirando y de pronto movió los labios para decir dos palabras. Dijo: "Te quiero". Entonces me di cuenta de que era la primera vez que me lo decía, más aún, que era la primera vez que lo decía a alguien. Isabel me lo hubiera repetido veinte veces por noche. Para Isabel, repetirlo era como otro beso, era un simple resorte del juego amoroso. Avellaneda, en cambio, lo había dicho una vez, la necesaria. Quizá ya no precise decirlo más, porque no es juego: es una esencia.

Entonces sentí una tremenda opresión en el pecho, una opresión en la que no parecía estar afectado ningún órgano físico, pero que era casi asfixiante, insoportable. Ahí, en el pecho, cerca de la garganta, ahí debe estar el alma, hecha un ovillo. "Hasta ahora no te lo había dicho", murmuró, "no porque no te quisiera, sino porque ignoraba por qué te quería. Ahora lo sé". Pude respirar, me pareció que la bocanada de aire llegaba desde mi estómago. Siempre puedo respirar cuando alguien explica las cosas. El deleite frente al misterio, el goce frente a lo inesperado, son sensaciones que a veces mis módicas fuerzas no soportan. Menos mal que alguien explica siempre las cosas. "Ahora lo sé. No te quiero por tu cara, ni por tus años, ni por tus palabras, ni por tus intenciones. Te quiero porque estás hecho de buena madera." Nadie me había dedicado jamás un juicio tan conmovedor, tan sencillo, tan vivificante. Quiero creer que es cierto, quiero creer que estoy hecho de buena madera. Quizá ese momento haya sido excepcional, pero de todos modos me sentí vivir. Esa opresión en el pecho significa vivir.



"La Tregua" Mario Benedetti

martes, 26 de septiembre de 2017

Microalmas

"¿En serio pensás que yo quiero ser tu novix? 
¿Y atarte? 
¿Y ponerme entre vos y tus proyectos? 
¿Permitir que dejes de crear? Si me encanta verte crear. 
Y creer. No me atrevo a demorarte. 
Crecé, como crecen las plantas. Yo no podría arrancarte de la tierra y llevarte conmigo porque tarde o temprano morirías. Y yo quiero que crezcas, que eches raíces fuertes y florezcas con la belleza que yo ya vi antes. Y si me das permiso, puedo venir cada tanto a ver cuánto has crecido. 
Te puedo regalar anécdotas sencillas, te puedo hacer reír un rato. 
Este amor no desapareció, sólo ha mutado en algo mucho más fuerte, más hermoso, más sano. Algo que ya no necesita etiquetas para saberse real. 
Hay demasiadas vidas por delante como para detenernos a llorar por lo que esta no ha podido darnos. 
Yo supe que lo nuestro iba a ser triste y hermoso desde el primer segundo, supe que esa sonrisa me iba a salvar. 
Si me preguntaras qué somos, te diría que somos la suma de las voluntades que nos habitan en este momento. A eso no podemos ponerle nombre, lo convertiríamos en algo demasiado simple. 
De este amor no me duele nada, ni siquiera la memoria de otras noches en que la ficción nos hizo creer en la eternidad del instante. 
Ahora soy importante, 
tan importante como para atestiguar esta pena honesta, esta consecuencia de haber escuchado tu verdad, de intentar entre los dos eternizar el sentir que muta. 
Por fin entendimos que en realidad lo que importa es el amor, 
no la forma que adopta para que podamos experimentarlo.

El abrazo de Augusto lo atrapó justo cuando el corazón iba a salírsele por la boca. Hasta los bichos del monte hicieron silencio para escucharlos llorar."

Juan Solá

lunes, 10 de julio de 2017

El momento en que te destruís

Extrañarte te extrañé siempre
te extraño desde el momento en que dejé de almorzar todos los días en tu casa
desde el día que me vine a la otra punta del país para seguir mis sueños
desde cada vez que me acompañabas a subirme a ese micro que me llevaba lejos
desde cada último abrazo
desde cada comida que te pedí y me hiciste
desde que me mandabas a comprar 2 helados, uno para mí, y otro para vos
desde que nos sentábamos juntas a ver las novelas
desde que me dejabas dormir la siesta en tu cama (y nunca me despertabas)
desde que me hacías el té cada vez que volvía de inglés o teatro o murga o educación física
desde cada consejo
y desde cada risa
y desde cada abrazo (de nuevo)
desde siempre que te hacía cosquillas
desde el día que fui de sorpresa y te me largaste a llorar
desde que salíamos a comprar juntas del brazo
desde que íbamos al fondo de tu casa a charlar y cocinar, y seguir charlando
desde nuestra promesa de salir a pasear en auto juntas, y capaz pero solamente capaz invitábamos a mamá
desde que colgaste mi cuadrito de pajaritos en la pared del living
desde que te vi por última vez y le dije a mamá que vos no estabas bien
desde que mamá me llamó con las noticias
desde que lloré a escondidas los días y noches que le siguieron
desde que escuché llorar a mamá y (aunque no lo creas) a papá
desde que tuve que correr a la terminal entre llantos y tomarme el colectivo más triste de mi vida
desde que papá me fue a buscar y salimos para allá
(y en el medio una llamada y una respuesta: bueno)
desde que la vi a mamá
y me contó que te soltó la mano
y lloramos
y después seguimos llorando
(por días y noches, de nuevo)

desde el primer día que me tuviste en brazos (y los siguientes, donde me perseguías para vestirme)
y desde el día en que nos dejaste.

te extraño
y te amo
gracias por todo, por todo, por todo
la puta madre
gracias por todo lo que hiciste
y por confiar como confiaste
y alentarme como lo hiciste
por enseñarme cómo es el mundo en los ojos de quien vivió
y por compartir esa vida

hoy me falta un pedacito del corazón, un pilar y una amiga.
pero el mundo sigue dando vueltas al sol
y si hay algo que tengo que hacer es cumplir todo lo que te prometí
así que (por ahora) te digo que fue un honor todo lo que compartimos

y que vamos a vencer, Paulina de mi vida.